Camino al progreso

¿Cómo podemos alcanzar el compromiso europeo de cero emisiones netas en 2050?

De aquí a 2050, la generación de electricidad deberá duplicarse. En la actualidad, existen 225 GW de energía eólica terrestre en Europa, desarrollada e instalada en los últimos veinticinco años; y en los próximos veinticinco más, deberá duplicarse con creces. Lo mismo ocurre con la energía solar fotovoltaica, que ha de cuadruplicarse en el mismo plazo. En cuanto a la eólica marina, que ha instalado 30 GW en los últimos 20 años, debe multiplicarse casi por quince hasta alcanzar los 400-450 GW, pasando de 7 GW instalados en 2025 a 20 GW en 2030. 

Para que este crecimiento exponencial de la producción de energía renovable pueda ser absorbido de forma eficiente por el sistema y aprovechado donde más se necesita, la red europea de transporte de electricidad debe crecer de forma similar, ampliando el transporte de moléculas renovables. La capacidad de los electrolizadores para producir hidrógeno renovable y combustibles electrónicos debe pasar de los menos de 500 MW instalados actualmente en Europa a los objetivos de 60 GW para 2030 y 270 GW para 2050. Y lo más importante, la demanda industrial de electrificación directa e indirecta debe madurar al mismo ritmo. La industria eólica y las cadenas de suministro se enfrentan a un reto. Aunque las energías renovables siguen siendo una solución competitiva, rápida de implantar y segura para las necesidades energéticas de Europa, la compleja interacción entre el aumento de la inflación, el incremento de los costes de capital e inversión y los retos de la cadena de suministro y la mano de obra han afectado al sector de las energías renovables, como a muchos otros.
 
Con las actuales tendencias de inversión, la cadena de suministro necesaria para mantener un ritmo de construcción de 20 GW de energía eólica marina al año no puede materializarse. En el caso de la energía eólica marina, la complejidad es aún mayor debido a sus largos ciclos de desarrollo y a su ejecución en varios años. Se necesitan fuertes incentivos a la inversión para que los promotores y la cadena de suministro desbloqueen el crecimiento y la velocidad de desarrollo necesarios. De hecho, varios proyectos en fase de desarrollo con contratos públicos posteriores a la inflación están en peligro, con dificultades para ser viables por los costes tan elevados. 


Abramos el camino al progreso
A pesar de estos problemas, Europa está en una posición única para recuperar el control de su futuro energético. Su enorme potencial eólico, en gran medida sin explotar, su industria de energías renovables líder en el mundo, su sistema de transporte bien gestionado, su sofisticado mercado laboral y su economía eficiente y avanzada, garantizan todo lo que necesita Europa para lograr la independencia energética libre de combustibles fósiles. Los obstáculos a la aceleración de la transformación ecológica de Europa han sido construidos uno a uno, a lo largo del tiempo y con buenas intenciones, por los responsables políticos dentro y fuera de Europa. Este momento crucial, en el que Europa ya está adoptando medidas contundentes para hacer frente a sus necesidades de descarbonización, es la oportunidad perfecta para tomar las medidas necesarias, reducir la complejidad e impulsar el volumen y la velocidad de construcción al menor coste posible. 

En concreto, los responsables políticos pueden:

  1. Aumentar el volumen del mercado
  2. Permitir un desarrollo atendiendo a la demanda
  3. Conseguir la infraestructura adecuada

Pero, ¿qué supone este camino al progreso y qué barreras hemos de derribar al atravesarlo?

Descargar el Libro blanco (en inglés)