¿Las turbinas eólicas terrestres  suponen un riesgo para las aves?


Los parques eólicos bien ubicados pueden suponer un riesgo potencial para las aves. Sin embargo, Ørsted realiza evaluaciones medioambientales exhaustivas antes de construir cualquier parque eólico nuevo y utiliza tecnología punta para comprender mejor la interacción entre las aves y las turbinas, de modo que los parques eólicos puedan ubicarse de forma óptima.

Pregunta:


¿Las turbinas eólicas terrestres suponen una amenaza para las aves?

Respuesta:


Los parques eólicos bien ubicados pueden suponer un riesgo potencial para las aves. Para saber más sobre este impacto, realizamos amplios estudios medioambientales plurianuales antes de construir nuevos parques eólicos. También hemos empezado a desarrollar nuevas tecnologías innovadoras para recopilar más y mejores datos sobre la avifauna existente en nuestros parques eólicos.

El cambio climático, la mayor amenaza


Aunque las turbinas eólicas pueden presentar riesgos potenciales para las aves, el cambio climático supone un peligro mucho mayor, ya que amenaza  a muchas especies con la extinción. 

Según un análisis de BirdLife International de 20211, una de cada cinco especies de aves europeas está en peligro de extinción debido a factores como la pérdida de hábitats y el cambio climático. 

La transición de los combustibles fósiles a las energías limpias es una de las principales medidas que podemos adoptar para frenar estos cambios, pero debemos hacerlo de la manera adecuada y en equilibrio con la naturaleza.

Por qué estudiamos las evaluaciones de impacto ambiental


Hacemos todo lo posible para estudiar, analizar y comprender mejor el hábitat y la actividad de las aves en una zona antes de hacer posible cualquier proyecto. 

Los parques eólicos pueden presentar tres riesgos potenciales para las aves: la colisión o interacción con las palas de las turbinas, la pérdida de hábitats por la construcción y explotación del parque eólico o el desplazamiento de las rutas migratorias.   

Gracias a la estrecha colaboración entre gobiernos, organismos de conservación y promotores de energías renovables, se han establecido directrices rigurosas para que los estudios sobre aves busquen esos riesgos potenciales en las ubicaciones propuestas para los parques eólicos.

En España, es obligatorio realizar un estudio de avifauna durante el proceso de tramitación ambiental del proyecto (cada región establece sus especificaciones sobre cómo realizar dichos estudios) y existe un seguimiento de la posible mortandad de aves incluido en el Plan de Vigilancia Ambiental de la Declaración de Impacto Ambiental. Por ello, antes incluso de solicitar el permiso de construcción de un nuevo parque eólico en España, llevamos a cabo estudios ornitológicos del área prevista durante, al menos, un año para el emplazamiento.  

El estudio exhaustivo del emplazamiento observa las estaciones de cría e hibernación y ayuda a identificar posibles especies protegidas y rutas de vuelo. Además, informan la planificación espacial y el diseño del posible proyecto, para garantizar que los aerogeneradores no se encuentren en medio de las rutas de vuelo. 

A continuación, presentamos esta evaluación a las autoridades urbanísticas competentes y tomamos medidas para mitigar en la medida de lo posible los impactos previstos.

Tras la construcción de nuestros parques eólicos terrestres, hacemos un seguimiento periódico de la mortalidad para garantizar que las especies de aves no se vean afectadas negativamente y que nuestros estudios sean lo más precisos posible.  


Invertir en tecnología innovadora para mejorar nuestros conocimientos


También hemos invertido en Spoor, una nueva tecnología destinada a recopilar más y mejores datos sobre la avifauna en nuestros parques eólicos de todo el mundo. La tecnología utiliza un sistema de inteligencia artificial especialmente diseñado para vigilar y seguir la avifauna cerca de las instalaciones eólicas.

Esperamos que esta nueva tecnología ayude a Ørsted, y a la industria en general, a comprender mejor la interacción entre las aves y los aerogeneradores, lo que permitirá una mejor planificación espacial de los parques eólicos y una mejor conservación de la  biodiversidad a largo plazo.