¿Son peligrosas para la salud las turbinas eólicas terrestres?


Los aerogeneradores terrestres no tienen efectos perjudiciales para la salud. Decenas de estudios independientes y revisados por expertos, realizados en todo el mundo, no han encontrado evidencias de que los parques eólicos terrestres causen efectos negativos en la salud física de las personas.

Pregunta:

¿Son peligrosas para la salud las turbinas eólicas terrestres?
Respuesta:

No, las turbinas eólicas terrestres no son peligrosas para la salud.

Salud pública


El auge de la energía eólica terrestre en España en los últimos años ha dado lugar a algunas ideas erróneas sobre las turbinas eólicas y sus posibles repercusiones en la salud pública. Algunos de los problemas de salud que se han planteado giran en torno a la exposición al ruido de los aerogeneradores, el fenómeno conocido como Shadow flickering y los infrasonidos.

El Ministerio español ha elaborado una herramienta que permite identificar las áreas del territorio nacional que presentan mayores condicionantes ambientales para la implantación de proyectos de grandes instalaciones de generación de energía renovable. En cuanto a la posible repercusión de las turbinas eólicas en la salud pública, no se ha encontrado evidencia científica que respalde la idea de que las turbinas eólicas puedan afectar negativamente la salud de las personas.1 

Esta afirmación ha sido respaldada por décadas de investigaciones independientes y revisadas por expertos en todo el mundo, desde Europa hasta EE.UU. y Australia, que no muestran efectos adversos para la salud de las personas que viven cerca de parques eólicos.    

Ruido


Durante su funcionamiento, los aerogeneradores emiten un ruido de baja intensidad, de unos 35-45 decibelios (dB) a una distancia de unos 500 metros de la turbina. Para contextualizar, un frigorífico suele emitir un zumbido de unos 50 dB.3

Una revisión exhaustiva de las directrices sobre ruido ambiental para Europa ,publicada por la Organización Mundial de la Salud en 2018, señaló que hay "muy pocas evidencias"  que demuestren los efectos adversos para la salud de la exposición continua al ruido de las turbinas eólicas.4

Además, la OMS considera que "la incidencia sobre la salud como consecuencia de la exposición al ruido de los aerogeneradores en la población es baja". 5

En Ørsted, siempre diseñamos nuestros parques eólicos de forma que las turbinas se ubiquen en lugares que minimicen o eliminen el ruido de las turbinas para los residentes de la zona. En este sentido, en España, Ørsted está diseñando los parques eólicos con una  distancia mínima de 500 metros desde las turbinas hasta la vivienda más cercana.

Shadow flickering 


Los aerogeneradores pueden crear un fenómeno conocido como Shadow flickering («parpadeo de sombras»)  en determinadas condiciones. El Shadow flickering se produce cuando el sol brilla a través de las palas giratorias de un aerogenerador, proyectando una sombra en movimiento. 

Este «parpadeo» puede percibirse como una molestia para las personas o los propietarios de viviendas cercanas. Sin embargo, un informe de 2017 del Health Service Executive (HSE) de Irlanda concluía que «no hay evidencias suficientes para extraer conclusiones sobre una asociación entre el Shadow flickering producido por los parques eólicos y los efectos sobre la salud».6

Con la ayuda de modelos informáticos, podemos ayudar a predecir cuándo, dónde y en qué medida se producirá este fenómeno. En Ørsted, diseñamos nuestros parques eólicos para reducirlo mediante un cuidadoso proceso de selección de ubicaciones, colocación de turbinas y plantación de árboles. Además, diseñamos nuestros nuevos proyectos de modo que podamos interrumpir el funcionamiento de las turbinas en los momentos en que se produzca Shadow flickering. 

Infrasonidos


El infrasonido es un tipo de sonido inaudible para el oído humano.  Durante mucho tiempo se le ha atribuido una serie de dolencias, desde náuseas y pérdida de sueño hasta ansiedad. 

Los aerogeneradores generan infrasonidos, pero también lo hacen muchas otras fuentes comunes, naturales e inofensivas como las olas del mar, los truenos o el viento. También procede de fuentes artificiales, como el tráfico, el aire acondicionado y la maquinaria. 

Se ha demostrado de forma concluyente que el infrasonido emitido a los niveles creados por las turbinas eólicas no tiene ningún impacto en la salud humana. La OMS ha declarado que «no hay pruebas fiables de que los infrasonidos por debajo del umbral de audición produzcan efectos fisiológicos o psicológicos».7

Varios estudios internacionales han demostrado que no hay evindencias de que la presencia de aerogeneradores aumente los niveles de infrasonidos. Y existe consenso científico en que los infrasonidos a niveles normales no suponen ninguna amenaza para los seres humanos. En general, los beneficios para la salud humana derivados de la reducción de la contaminación atmosférica gracias a la producción de energía eólica limpia y renovable superan con creces las supuestas amenazas para la salud de los aerogeneradores.