Evaluación y medidas
Los estudios han demostrado que el ruido de las turbinas eólicas, en niveles bajos, no tiene impactos negativos en la salud a una distancia segura.
Según una revisión exhaustiva de las directrices sobre ruido ambiental para Europa publicadas por la Organización Mundial de la Salud en 2018, hay muy pocas evidencias que demuestren los efectos adversos para la salud de la exposición continua al ruido de las turbinas eólicas.1
Además, la OMS considera que «la exposición al ruido de los aerogeneradores supone una baja repercusión para la salud de la población».2
Cuando se planifican parques eólicos, se llevan a cabo controles del ruido de fondo y otros estudios exhaustivos para determinar el mejor emplazamiento de las turbinas, de modo que las ubicaciones se diseñen para minimizar o eliminar cualquier posible molestia a los residentes.
En Ørsted, como parte del desarrollo de un proyecto de parque eólico terrestre, siempre llevamos a cabo una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) y preparamos un Informe de Evaluación de Impacto Ambiental (EIAR). A través de ese proceso, identificamos cualquier ubicación potencialmente sensible al ruido y diseñamos la disposición de las turbinas para minimizar los niveles de ruido.
Diseñamos nuestros parques eólicos para cumplir con la normativa ambiental que establece que no se puede construir un aerogenerador a una distancia inferior a 500 metros. A esa distancia, los niveles de ruido bajan a unos 35-45 dB.