Un desafío menor pero importante
El viento siempre soplará, pero las turbinas que lo transforman en energía renovable acaban desgastándose y hay que sustituirlas. Cuando desmantelamos un parque eólico, podemos reciclar entre el 85% y el 95% de los materiales que componen los aerogeneradores, en su mayoría de acero.
Sin embargo, las palas de las turbinas son más difíciles de desechar. Están diseñadas para ser ligeras, muy duraderas y suelen estar hechas de fibra de vidrio o de carbono, y fijadas con resina. No es fácil ni eficiente descomponerlas para reciclarlas.
En este sentido, en el único parque eólico que Ørsted ha desmantelado hasta ahora, el de Vindeby (Dinamarca), el 98% del material se recicló o se utilizó para investigación o exposiciones, incluidas todas las palas de las turbinas.